
¡Uf! Casi no llego…
Hoy finalizan las jornadas gastronómicas de “Les cebolles rellenes” en El Entrego, localidad del Concejo de San martín del Rey Aurelio y no quería dejar pasar la ocasión sin compartir con tod@s la receta que se hace en mi casa.
Antes de dar paso a la receta, comentar que hoy las he rellenado de bonito pero que también se pueden hacer de carne (esas para el año que viene).
Ahora, sin más historia, pasemos a la receta.
Ingredientes:

6 Cebollas de tamaño mediano (mejor tirando a pequeñas que a grandes).
1 Lata de bonito en aceite.
1 Lata pequeña de pimientos morrones.
1 Huevo cocido.
Tomate natural.
1 Diente de ajo.
1 Guindilla.
1 Hoja de laurel.
Perejil (En esta ocasión seco)
Aceite.
Sal.
Vino blanco (Como no tenía, hoy le puse coñac).
Preparación:
Primero preparamos el relleno y -para ello-, ponemos en un bol el bonito escurrido, el pimiento morrón bien picado, el huevo picado, unas cuatro cucharadas de tomate natural, el jugo de la lata de pimiento y un poco de sal. Mezclamos todo bien y resevamos.

Pelamos las cebollas y, os aconsejo no cortar la parte de abajo.

Con ayuda de un ahuecador vamos vaciando las cebollas con cuidado de no romperlas.

Las rellenamos y tapamos con un trozo de cebolla.

Freímos las cebollas en aceite y nos ayudamos de una cuchara para ir echándoles aceite por encima.

Con cuidado les damos la vuelta y repetimos el proceso anterior hasta que estén doradas por todas partes.

Las pasamos a una “tartera”.

Colamos y pasamos a otra sartén el aceite en el que hemos frito las cebollas. Añadimos los trozos de cebolla que obtuvimos al vaciarlas y dejamos que se vayan dorando.

Una vez tome color, añadimos unas 4 cucharadas de salsa de tomate natural, el diente de ajo bien picado, la hoja de laurel, la guindilla, el perejil, un poco de sal y un chorrito de vino blanco (ya sabéis que yo he puesto coñac).

Removemos bien y añadimos una cucharada de harina.

Dejamos hacerse todo un poquito y vertemos sobre las cebollas reservadas.

Dejamos que rompa el hervor y, si fuera necesario, añadimos un poquito de agua.

De esta forma dejamos que se vayan haciendo lentamente hasta que las cebollas se pones tiernas y blandas (en esta ocasión estuvieron una hora y media), eso si, de vez en cuando removemos y comprobamos si la salsa necesita agua.


Ya listas comprobamos y rectificamos el punto de sal y listas para comer.


Y mientras disfrutáis de esta receta, quedan convocadas las jornadas gastronómicas de "Los pimientos rellenos".