
Los "fayuelos" son un dulce típico Asturiano que, aunque ahora se hacen en cualquier época del año, hace años, se realizaban por carnavales. En mi zona se conocen con el nombre de: "fayuelos", pero en otras zonas de Asturias se les conoce también como: "frixuelos".
Los "creps" los dejamos para los Franceses y, las "filloas" para los gallegos........
El Viernes pasado, después de comer me fui a casa de mi “Güela” y le pregunté si me preparaba unos “fayuelinos”, a lo qué me contestó que si.
Enseguida, mandó a mi “Güelu” a la panadería, a comprar harina, por sino tenía suficiente en casa.
Sobre las cinco llego a su casa y, allí estaban los dos, mi “Güela” y mi “Güelu”, esperando a que yo llegara, cámara de fotos en mano, para hacer mi primer trabajo: “fuera de mi cocina”, así es como, de ahora en adelante, llamaré a las recetas tradicionales que, mis familiares y amigos hagan para mí.
Lo ideal hubiese sido gravar un vídeo, lo pensé, pero no tengo ni idea de como ponerlo en el blog, así que para otra vez. De momento, os tendréis que conformar con un aaaaaaaaaaaaaaamplio reportaje fotográfico, que aunque os dé a entender que es un proceso largo, todo lo contrario, se hacen muy rápidos.
En cuanto a los ingredientes, deciros que, después de mucho pelear, he sacado las cantidades aproximadas que utiliza mi “Güela”.
No paraba de decirme:
- “¡Ay fía!, yo faígolo to a güeyu”.
- “nun te preocupes güela, ya nos arreglamos. Tú, vete sacando el pesu y, ya verás que fácil ye pasar la unidad de medida del güeyu, al sistema decimal…….
Vamos, que los ingredientes aproximados, en el sistema decimal, son los siguientes:
Ingredientes:

1 \2 Litro de leche, mi Güela la prefiere entera.
1\2 Vaso, de los de la Nocilla, de agua.
250 Gramos de harina tamizada.
1 Sobre de levadura Royal.
3\ 4 Huevos, dependiendo del tamaño. (en esta ocasión eran de casa, se los había regalado un compañero de “partida” a mi “Güelu”).
Un chorro de vino blanco.
Una pizca de sal.
Una “Potina”.
Un tenedor para batir
(Mi “Güela” no pone ralladura de limón, pero a mi, si me gusta añadirle).
Preparación:
Se pone la leche y el agua en la “pota” , agregamos un poquito de harina (3\4 cucharadas), mientras batimos con el tenedor para ir deshaciendo los grumos.


Se para de batir y añadimos una “pizquina” de sal, para seguir añadiendo otro poco de harina y, seguimos batiendo. Antes de añadir más harina, se ha de procurar tener bien deshechos los grumos de la que se ha puesto anteriormente.

En este punto, “cascamos” los huevos en un plato y le quitamos “la galladura” (la parte blanca que está en la yema). Los batimos en un plato y, a continuación los añadimos al resto de la masa. Mezclamos bien y seguimos añadiendo otro poco de harina más y batiendo.




Agregamos el sobre de levadura, mezclamos bien y vertemos un “chorro” de vino blanco, ya sabéis: “a güeyu”.


Seguimos batiendo y agregando el resto de la harina, poco a poco y con cuidado de ir deshaciendo todos los grumos, así hasta que finalmente obtenemos una pasta fina.



Mi “Güela” recomienda batir la masa de un día para otro o, por la mañana para hacer los “fayuelos” por la tarde, en este caso, no esperamos nada y, enseguida de tener la pasta en su punto, se puso a hacer los “fayuelinos”. Para ello, lo primero que hace es poner una sartén al fuego con aceite, el cual “desahuma” tostando dos trozos de pan. Hecho esto, pone le aceite en un bol y comienza a hacer los “fayuelos”.


Se pone una cucharada del aceite reservado y, “desahumado”, en la sartén y se reparte sobre su fondo, con el fin de engrasar toda su superficie. Se pone al fuego y una vez caliente, vertemos, con una “garcilla”, un poco de masa sobre la sartén, repartimos, la masa, moviendo la sartén y ponemos a cuajar al fuego el “fayuelu”.


Cuando vemos que cuaja le damos la vuelta, moviendo la sartén y lanzando al aire el “fayuelu” o con un tenedor (eso para las menos hábiles).


Cuajado por las dos caras, se pasa el “fayuelu” a un plato, previamente espolvoreado con azúcar. Espolvoreamos la parte superior del “fayuelu” puesto en el plato y repetimos todo el proceso. Así vamos haciendo “fayuelu” a “fayuelu” y apilándolos unos encima de otros, bien hasta que terminemos la pasta, bien hasta que cansemos.


(El primer “fayuelu” nos va a dar una referencia de la cantidad a verter de cada vez o, de cómo nos ha quedado la pasta, es decir, según nos quede de grueso el primero y, según nuestro gusto, al hacer los siguientes, añadimos más o menos masa en cada “garcillada”, en cuanto a la masa, si la vemos muy espesa, se puede aligerar agregando un poco más de leche, o por el contrario, si vemos que está muy fluida añadimos un poco de harina).
Para comerlos, vamos cogiendo, de uno en uno, del plato y enrollándolos. Así es como se hace en mi casa, se llega, se ve el plato de “fayuelos”, se enrolla uno y, se come, si quieres otro, se enrolla y se come….y así hasta que te “fartuques” de fayuelos…jajajajajaja.


También se pueden rellenar de compota de manzana, crema pastelera, mermelada, chocolate…..últimamente hasta se ven rellenos de cosas saladas…eso va en gustos.